Cradle Of Filth – 2015 – Hammer Of The Witches


Haber sido una de las primeras bandas del género en tener reconocimiento ante un público mayoritario es uno de esos pecados que el gremio del black metal nunca jamás va a poder perdonarle al petiso de Dani Filth y a su troupe siempre cambiante de músicos.. Con el cambio de siglo, Cradle Of Filth parecieron meterse en una época oscura, con trabajos de resultados dispares y que no terminaban de convencer. Tres años después de “The Manticore and Other Horrors”, su último trabajo de estudio, CoF vuelven con un nuevo disco bajo el brazo, renovándole la esperanza a los que todavía le prestan atención a su carrera. Piensen en eso como cuando hay gente se emociona cuando anuncian un nuevo juego de Sonic.

Para este nuevo disco, CoF se sometieron a un recambio casi total de músicos, al punto de la formación del disco anterior sólo quede el baterista checo Martin “Marthus” Škaroupka, tal vez como una muestra más de que la estabilidad no es algo que vaya con esta banda, pero también puede verse como una oportunidad de refrescarse, de hacer borrón y cuenta nueva  En parte, eso puede haber funcionado, porque “Hammer Of The Witches”, doceavo disco de Cradle of Filth, no está nada mal. Con eso podría terminar esta reseña acá, pero, creo, terminaría sonando un poco escueto, así que creo que lo mejor es que desarrolle mi opinión: comparado con los últimos trabajos de CoF, “Hammer Of The Witches” no está nada mal. No redefine absolutamente nada en el sonido de los oriundos de Ipswich y tampoco es una “vuelta a sus mejores trabajos”, pero está “bien”. Los riffs suenan ajustados, la base suena super sólida, el sonido es espectacular (como se acostumbra) y la debutante canadiense Lindsay Schoolcraft cumple muy bien su doble papel de tecladista y cantante, aunque haya algunos momentos donde suene un tanto genérica (en el sentido de “sonar como cualquier otra cantante femenina de grupo más o menos pesado”) en este último aspecto. Las canciones cumplen con la tradición: extensas, con mucho cambio de atmósferas y alta presencia de teclados y orquestaciones. Por suerte, todo relativamente balanceado y en su lugar.

Ahora, entre todos estos detalles positivos, el que queda en desventaja es el propio Dani Filth. Los años no han favorecido al pobre Dani, y eso se nota en su voz: sus característicos chillidos de bruja perdieron el brillo de antaño, y sus rugidos más agudos suenan a veces forzados. Es una lástima, considerando que se había dado a conocer como un cantante con una técnica super característica.

¿Puede ser este trabajo una nueva oportunidad para CoF? Con esta banda nunca se sabe: podés decir que sí y que al día siguiente editen una cagada, o podés decir que ya no das un mango por ellos y que de repente editen el mejor disco de su carrera. No sé, esperemos a ver qué se les ocurre para el próximo disco y luego opinemos.