Antes de ponerme a averiguar acerca de ellos, hubiera jurado que Beyond Description eran una banda nueva. Pero en una muestra más de que mi conocimiento sobre datos inútiles del heavy metal no es tan amplio como creía, resulta que la carrera de estos japoneses se remonta hasta 1988, y que este ya es su quinto LP, que se suma a una cantidad enorme de Eps, compilados, lanzamientos compartidos con otras bandas, y demás. ¿A qué viene esto? A que “The Robotized World” suena como un disco debut, en el aspecto negativo de la expresión.
A diferencia de lo expresado en su nombre, Beyond Description son muy fáciles de describir: tomemos el sonido clásico del thrash de los ochentas, agreguemos unas buenas dosis de crossover thrash a lo Stormtroopers Of Death, y listo. Si a eso le sumamos la tapa hecha por el ícono del género Ed Repka, nos queda que estos japoneses no están muy alejados de todas esas bandas a lo de la nueva ola del thrash de la década pasada. Y aunque hay algunas bandas de toda esa camada que lograron salirse de la repetición de clichés que terminó hundiendo al movimiento o simplemente mostraron algo más de talento que la mayoría, como Havok, Evile, Violator, Tungsteno o Iron Reagan, este no es el caso de Beyond Description, que se dedican a repetir cada detalle del sonido clásico del crossover, incluso los clichés que ya quedaron viejos y sin siquiera meterle algo de gracia para que suenen entretenidos.
Acá tenemos todo: las voces gritadas del cantante Hideyuki Okahara (que hacen que no se entienda si las letras están en inglés o en japonés), algún coro pandillero, los riffs bien machacados y las baterías inquietas. Todo en su lugar como dice el manual del estilo, pero sin aportar nada como para destacarse entre el océano de grupos del género.
Hay algunas canciones que buscan salirse de la medianía general y aportar un poco de identidad, como la ganchera “Journey”, “Sourmount” y su comienzo lento, o “Steerage” y sus breaks de batería. Pero son muy pocas en un álbum de 12 canciones, más allá de si ninguna de ellas pasa de los 3 minutos y entre todas apenas lleguen a los 27, además de verse perjudicadas por un sonido apagado y sin brillo que no permite demostrar todo su potencial. Y ya que mencionamos la duración de las canciones, llega un momento en que suenan tan efímeras y sin forma que no logran quedarse en la memoria, haciendo que sea complicado recordar momentos puntuales más allá de los que mencioné antes.
“The Robotized World” me da la misma sensación que me dan casi todas las bandas de la nueva ola del thrash: tienen mucha energía y deben ser entretenidos de escuchar en vivo, pero en estudio sólo me suenan tediosos por su repetición de ideas. Pueden agregarlos a la lista de “bandas que gustarán a los fans extremos del estilo”.