Atrocious – 2018 – «Mental Disorder» [Reseña]

En Indonesia se está gestando, desde hace tiempo, toda una ola de bandas extremas a las que cualquier fan del género debería prestarle atención si busca propuestas alejadas de los puntos geográficos más tradicionales, no sólo con bandas sino también con sellos como Brutal Infection Records, Armstretch Records, Extreme Souls Records, Necrology Records y muchos más. Anteriormente hablé acerca de Damnation y, aunque ese disco no me dejó la mejor de las impresiones, me dio ganas de seguir explorando esta escena del under extremo del sureste asiático.

Nuestra próxima parada en esta exploración viene de la mano de Atrocious, banda proveniente de la ciudad de Tangerang y que no se debe confundir con la otra banda indonesia del mismo nombre y oriunda de Palembang. Este cuarteto se formó en 2012 y con Mental Disorder ya llegan a su segundo álbum, y describir su sonido es tan simple como pensar en cualquier banda de brutal death metal obsesionada con el gore, las entrañas, la sangre, las diferentes facetas de la crueldad humana y los logos casi ilegibles. ¿Suena conocido? Sí, la idea de la banda está muy, muy lejos de ser siquiera mínimamente innovadora u original. Claro que hablamos del brutal death metal, un género donde lo que se busca está en su propio nombre: la brutalidad por la brutalidad misma, y si uno puede ver a la banda en vivo y divertirse con algunas cervezas encima, entonces la banda está haciendo su trabajo.

Y dentro de todo, eso se puede sentir en Mental Disorder, donde Atrocious plasma todas las imágenes de aniquilación corporal que uno pueda llegar a imaginarse a lo largo de sus 27 minutos (NdA: Metal-Archives dice que la última canción tiene una pista oculta que lleva el álbum a la media hora, pero no está presente en la versión que tengo), con la atmósfera fétida y claustrofóbica como de morgue atestada de cadáveres que sólo este estilo puede generar. Cualquier fan del brutal death puede ponerse a escuchar este álbum por unos parlantes a todo volumen y dejar que este soundtrack de película snuff le dé lo que cualquiera busca al momento de buscar esta clase de música. No es para nada original y ya escuché muchas bandas que suenan como esto, pero hace su trabajo correctamente.

Pero hay algo ineludible que tengo que mencionar porque me viene molestando desde el primer momento que me puse a escuchar el álbum, y es la producción. Soy de la idea de que al tratarse de death metal, uno tiene que buscar el balance justo entre limpieza y suciedad al encarar cómo tiene que sonar una grabación. Obviamente esto varía de estilo en estilo, porque es complicado imaginarse bandas como Obscura, Dark Tranquillity o el viejo Opeth sonando como si estuvieran grabando en un baño, o que algo como Portal pueda traducirse correctamente a un sonido de alta definición. Si uno pule demasiado la grabación, puede terminar con un disco como Inked In Blood, aquel álbum de Obituary en el que la batería sonaba tan digital que bien podía ser un MIDI.

¿Y qué pasa cuando no se le presta suficiente atención al momento de producir y mezclar una grabación? Entonces queda un álbum como Mental Disorder, donde las guitarras muchas veces se pierden en un mar de distorsión y la batería termina tapada por ellas, muchas veces haciendo que el redoblante sea inaudible y el bombo quede solo. Desde ya que el bajo es imposible de escuchar, pero esa parece ser una muy mala costumbre de todo el género, así que no me sorprende que Atrocious también hayan caído en eso. Y mencionaba los parlantes anteriormente porque estas son cosas que se notan más en una escucha atenta a los detalles.

Desde ya que si no te importa cómo esté producida o mezclada este tipo de música y sólo quieras algo con blastbeats constantes y voces bien guturales, Mental Disorder lo hace más que bien. Es sólo que creo que se tendría que tener más cuidado al momento de presentar estas canciones, sobre todo en una época en la tecnología permite crear una calidad de sonido como nunca antes a un costo mucho más bajo que lo que podía ser a principios de los noventas, a lo que se agrega que ahora hay gente que sabe manejar este tipo de música. Pero si pasás por alto eso, este álbum puede saciar tu sed de death metal, aunque sea por media hora.

Damnation – «The Prophet Revenge»: brutalidad descontrolada desde el sudeste asiático

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Además de ser el país de mayoría musulmana más poblado del mundo, Indonesia también tiene una de las escenas de música pesada más desarrolladas de del sudeste asiático. Aunque desde siempre existe una barrera idiomática, causada por la decisión de una gran parte de las bandas de escribir sus letras en indonesio, desde la llegada de Internet algunos grupos, como Siksakubur y Kekal, han logrado aparecer en publicaciones internacionales.

Damnation, nuestro grupo del día de hoy, no es un nombre nuevo. Se formaron en 1999 y poseen dos demos anteriores, aunque los 14 años entre el de 1999 y el de 2013 sugiere que hubo una pausa de actividades o una separación de por medio. Pero dejando eso de lado, este año Damnation lograron llegar a su LP debut, el flamante «The Prophet Revenge». Y a decir verdad, tenía buenas expectativas para el primer álbum de estos oriundos de la ciudad sureña de Yogyakarta, siendo un grupo con experiencia y procedente de una escena con la costumbre de parir buenos grupos. Por eso, es una pena que «The Prophet Revenge» no llegue a cumplir lo que esperaba.

A lo largo de los 34 minutos del álbum, nos encontramos con un grupo que practica un brutal death metal con algunos elementos de grindcore, con canciones relativamente cortas (sólo 2 de las 11 canciones originales superan los 3 minutos) y un énfasis especial en el blastbeat casi constante. Esta variedad de brutal death metal súper opresivo le ha dado buenos resultados a algunos grupos, pero no es el caso de Damnation porque las composiciones carecen de coherencia entre sus partes. Las explosiones de blastbeats, voces podridas, riffs retorcidos y samples de audio se suceden unas tras otras sin un hilo conductor que las lleve, porque el grupo no logra complementar su búsqueda de la brutalidad con las composiciones necesarias para que éstas puedan destacarse. También está el tema de las intros, que son un tanto excesivas en longitud, siendo uno de los casos más extremos «As Crucifix Burns», que es más intro que canción.

No es que el disco carezca de algún momento destacable, pero éste no viene de parte del grupo mismo. El álbum incluye dos covers: uno es «Pierced From Within» de las leyendas del brutal death metal Suffocation, y otro es «Pluit Phobia», de los thrasheros indonesios Rotor. Del segundo no tengo idea del original y por lo tanto no puedo ofrecer una opinión, pero el primero es una versión más que decente, aunque el grupo peque de ser demasiado respetuoso con su interpretación y casi no le haga modificaciones.

En resumen, «The Prophet Revenge» no me dejó una buena impresión. Incluso siendo un trabajo relativamente corto, la falta de gancho de las canciones y una producción que deja bastante que desear lo hacen sonar mucho más largo, y luego de que pasan las 13 canciones no me queda más que una sensación de «¿eso fue todo?», y que aunque Damnation tengan sus años de vida la falta de experiencia de estudio les juega en contra. Siempre es posible que el grupo se redima y aprenda de sus errores en trabajos posteriores, pero por ahora no encuentro una razón para seguirlos de cerca.