Kishi son un cuarteto metalero proveniente de Luanda, capital de Angola, en el sur africano. Aunque el heavy metal proveniente del continente negro no sea algo necesariamente nuevo, con grupos como los tunecinos Myrath y los argelinos Devast, ciertamente solemos hablar de experiencias aisladas y casi siempre concentradas en los países más desarrollados, con algunas escenas acá y allá mantenidas a pulmón por los mismos músicos y fanáticos, algo que aplica a Kishi siendo que el cantante, Manel Kavalera, es también productor de recitales en su país.
Llamados a partir de un demonio de dos caras de la mitología angoleña, Kishi se promocionan en su Bandcamp como «la primera banda stoner de Angola», algo que no tengo problema en creer siendo que Metal-Archives me cuenta que las bandas de heavy metal de ese país se cuentan con los dedos de las manos, siendo que es complicado armar casi cualquier propuesta musical en uno de los países más pobres del mundo. Y con eso en mente, su debut «Depois da Meia Noite» sería el primer disco de stoner angoleño, así que podríamos estar enfrente del nacimiento de toda una escena musical.
Y «stoner» es justamente lo que ofrece «Depois…», al menos en sus características más básicas: guitarras graves, mucho énfasis en el ride en la batería y ritmos para imaginarse yendo por la ruta en un auto retro. Pero es a partir de esa propuesta que el álbum explorar diferentes ideas de lo que podría ser el «stoner», algo que no sé si fue hecho de manera consciente pero que es cómo lo termino interpretando: las canciones en «Depois…» vienen en diferentes variedades, con «Get Stoned» y «Higher» yendo por el lado más rockero del estilo, con «Kishi» y «Balada de um Mwadie» poniendo el énfasis en el costado más pesado, y con la fina «Kianda» metiéndose de lleno en los más lento del stoner doom, dando lugar a mi canción favorita del álbum.
El álbum concluye en apenas 27 minutos y monedas, y ahí hay un punto negativo del álbum: aunque varias veces haya dicho que prefiero los álbumes de duración moderada, el stoner es un estilo donde hay que darle su tiempo a las canciones para desarrollarse, algo contra lo que conspira la duración tan acotada. Hay un par de canciones de menos de tres minutos que siento que hubieran quedado mejor si hubieran estado más trabajadas. También están las dos canciones instrumentales, que no me terminan de convencer porque no entregan nada muy diferente de las canciones cantadas, algo que creo esencial con las canciones instrumentales.
«Depois…» suena más que bien en el aspecto técnico, con la mezcla a cargo de Brad Boatright (quien parece haber trabajado en 75% de los álbumes de heavy metal de los últimos años). La batería a veces suena un poco apagada y el bajo queda un tanto tapado por momentos, pero las guitarras suenan tan cálidas y valvulares como se merece este estilo, y Manel Kalavera es, como dije antes, un cantante con cierta personalidad en su manera de cantar, más aguerrida que de costumbre. Por momentos me recuerdan a Corrosion of Conformity si éstos cantaran en portugués de vez en cuando.
A pesar de las varias falencias del álbum, aplaudo que se haya podido llevar a cabo su creación en un contexto tan adverso, y espero que sea el puntapié inicial para cosas mejores. «Depois…» se puede escuchar en la cuenta de Bandcamp de la banda y descargarse a través del sistema de «pagá lo que quieras», así que es una gran oportunidad para los que sean ultra fanáticos del stoner y/o de encontrar sonidos familiares en tierras extrañas.